martes, 19 de mayo de 2009

demonio


.La concepción más extendida en Occidente es la judeocristiana, según la cual los demonios son espíritus del mal con la potestad de poseer a los seres humanos. Para el cristianismo, en particular, los demonios son espíritus inmundos, esbirros de Satanás (príncipe de este mundo y enemigo declarado de Dios y sus ángeles, cuya morada es el regnum caelorum [‘reino de los cielos’]). Se identifica a Satanás con el Ángel caído, que se rebeló contra Dios.
En un sentido general, no obstante, puede decirse que los demonios no son necesariamente seres malvados. Los griegos dividían a los demonios entre buenos y malignos: agatho démones (αγαθοδαίμονες) y caco démones (κακοδαίμονες), respectivamente. Mientras que los agatodémones se asemejan a la noción judaica de ángel protector, los cacodémones, por su parte, no serían otros que los ángeles caídos a los que se refiere la tradición judeocristiana. Tal es el caso de
Lucifer, príncipe de los demonios, que el cristianismo identifica con Satanás.

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